Dos carreteras distintas.
Dos líneas paralelas que jamás se tocan.
Dos rumbos diferentes que no se unen en el mapa.
¿Qué probabilidad hay de encontrarnos?
Prácticamente nula.
Pero a veces se pueden rehacer caminos,
trazar una línea que, sin más, atente y rompa con todo lo que está en medio,
entre tu punto y el mío.
Sólo a veces.
Parece que ni en las Matemáticas, ni en la Geografía, estamos destinados a encontrarnos. Pero ¿Qué me dices de esa ciencia que todos inventamos alguna vez? Digo, ya antes nuestras vidas se cruzaron.
(Imagino una máquina enorme destruyendo casas, calles, parques, edificios, cual barredora que sin detenerse quita la nieve del sendero. Pero ese es precisamente el riesgo y el precio: la destrucción).
Saraí
y aún habría que crear atajos con tal de llegar
ResponderEliminarla destrucción es parte de una restauración total
crear atajos, o salir de un laberinto! jaja así puede ser de complicado, gracias por pasar!
ResponderEliminarcrear atajos, o salir de un laberinto! jaja así puede ser de complicado, gracias por pasar!
ResponderEliminarCreo que si se encontraron una vez, hay mas que poca probabilidad de que vuelvan a hacerlo, y mas si los dos quieren que sus lineas vuelvan a coincidir.
ResponderEliminarHermoso texto, me ha encanta muchísimo, mas que nada la ultima parte :3
Un beso enorme ♥