Necesito que me des la seguridad de que me quieres y que eres honesto, no te pido mas. Quiero alguna prueba que corrobore todo lo que me has dicho. Si estoy bien segura puedes contar con que estaré contigo sin importar nada más. Estoy dispuesta a arriesgarme para estar juntos, siempre y cuando tu des algo para ello. No me gusta para nada esta inmovilidad de ambos. Y mira, podrías estar mintiendo, ok. Pero lo queramos o no, eso no cambiaría el hecho de que la paso bien a tu lado. Así que, si compartimos el propósito de estar juntos porque la pasamos bien y ya, al menos hazme tu cómplice. Acepta que quizá mientes o has mentido, prefiero saber eso, saber verdaderamente con quien estoy tratando, en serio lo prefiero mil veces más que vivir engañada. Solo dime la verdad. Si es verdad que no la pasas nada bien con ella, algún día te cansarás. No puedes vivir siempre siendo infeliz. Si es mentira lo que dices, asumiré que probablemente haya algo que te une a ella más allá de una amenaza. Nosotros podremos seguir saliendo y platicando cuando así lo queramos, pero tu me tienes que proteger. No quiero que ni mi integridad, ni mi seguridad, ni mi imagen se vean dañadas. Quiero estar contigo porque disfruto tu compañía y ya. Créeme que para mi no es una urgencia ni una necesidad tener novio o casarme. Pero sí quiero estar contigo. Y si ambos queremos estar juntos ¿Por qué detenernos? Ahora, debemos hallar soluciones y esta vez si realizar nuestros planes que siempre se ven frustrados. ¿Por que no hablar con su papá? ¿Por qué no pedir el apoyo a tus papás? De una u otra forma estamos en riesgo. Si hablas con ella y la convences de que no eres para ella quizá lo entienda, o no. Pero igual seguirás -y seguiremos- bajo la amenaza de ser lastimados. Sería cuestión de pedir a Dios, de confiar en él y en la vida.
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