Con el paso del tiempo uno se da cuenta de las personas que están a su alrededor, pero la cosa no termina ahí. También comienzas a distinguir a quienes merecen tu confianza, a quienes vale la pena pedir perdón, a quienes realmente te aceptan. No es sólo saber quienes son las personas a las que aprecias, sino dentro de ellas, quiénes son los verdaderamente valiosos, tanto que no los pondrías en juego ni arriesgarías tu amistad con ellos.
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