martes, 21 de agosto de 2012

Palabras que vagan

Genial, ahora me obsesionaré con las motocicletas rojas.



Probablemente eres un pretexto para mi rebeldía.



Raro (Tú). Y pensé que yo lo era. Espera, ¡Algo en común!

Y ella se fue a enamorar de él...

Del de la mirada clara y las acciones confusas. Del que hizo que casi corrieran a todo el grupo; todo por una travesura intrépida. Como él.
Se enamoró del extraño, del diferente (O tal vez así lo ve ella) Del que sabe escuchar y hablar, pero que ahora ha enmudecido. Del valiente y del temeroso que coexisten en él. Del irreverente pero noble. Del contradictorio y un tanto incongruente.

Y nadie lo notó, o no lo quisieron creer. Ella lo sabía. Parecía increíble que ambos pudieran estar juntos. Verdaderamente estar. Y por un tiempo no le importó, o fingió no importarle, o pudo más el entorno. Pudo, pero quizá no puede ni podrá.

Se fue a enamorar de alguien que al parecer no entiende ni siquiera lo que le sucede, o no lo concibe, tal vez por la genialidad del hecho, que ninguno de los dos alcanza a ver. O lo más raro: lo ven pero no lo toman...seres extraños, como su relación. Confusión, titubeo al caminar o parálisis; como si se estancaran en una de esas bancas y suelos en los que tanto pasó sin necesitar demasiado de nada: ni tiempo, ni magia, ni pasado, ni antigüedad. Sólo pasó.

Pasó.

viernes, 10 de agosto de 2012

Happiness is a warm gun


-Por eso... siempre cargo con esto...- Dijo él con su acostumbrada sonrisa tenue. Abrió su mochila disimuladamente para mostrarle el interior.

Ella asomó la mirada. Se sobresaltó ligeramente. Era casi increíble que llevara consigo ese artefacto; o más bien, que ella se encontrara tan cerca de un arma, probablemente cargada, cuyo dominio le pertenecía a él.
Lo miró con serenidad y sin rastro de temor. Él ya esperaba sus ojos sobre los suyos, como si aguardara con interés la reacción que aquello causaría. Seguramente habrán pasado muchas cosas por su cabeza; debía saber que al confiarle a ella dichas circunstancias él corría ciertos riesgos.

-Órale- exclamó ella. -¿Es real?- una risilla un tanto incrédula se le escapó.

La sonrisa chueca de él manifestó un estado más relajado.

- Sí. Mira ¿Quieres ver? Agárrala- dijo con su común actitud aventurada.

-Hmm, no no... ¿Por eso siempre quieres que vayamos a lugares tranquilos como este? ¿Dónde no puedan encontrarte?

- ¡Ja! Jamaaás. Yo no me escondo de nadie.

- Aaa, bueno...

Para entonces ella adoptó una certera decisión: el secreto revelado no la angustiaría. Lo supo aún antes, cuando vio el arma y después a él. Nada de lo que pasaba le preocupó. No tuvo miedo, confió en él. Se creyó  merecedora de pasar por un hecho tan emocionante y novedoso; se supo capaz de afrontarlo. Y por su mente atravesó la inquietante idea de que su relación estaría destinada al riesgo y al drama...


Saraí

domingo, 5 de agosto de 2012

Luces, cámara...acción!

Hey hey hey! comenzamos. Escribiré ahora que me agrada la actitud que tengo. La verdad es que soy nueva en esto. Ok no, antes escribía en otro blog, pero me dio por crear otro (así es, este), el cual tomaré entre mis brazos con ternura y lo criaré cual hijo que aún no tengo...jajaja (podrán encontrar de vez en cuando ese tipo de arranques en las siguientes entradas) disculpen.

Ok, sigamos. No los conozco, ustedes a mí tampoco. Así que ya tenemos algo en común. En mi otro blog...(ash! se fue la idea)...oh si! en mi otro blog solía mencionar a mis queridos lectores imaginarios. Supongo que también había quien leía lo que escribía y no era imaginario. Pero era encantador ilustrar en mi mente a mis lectores imaginarios: sentados en las butacas de un teatro o como si miraran una película en el cine. Al final, me llevaba uno que otro aplauso o ellos terminaban en un estado reflexivo por algo que habían visto o leído en mi blog. :)


Cómo sea, este es mi espacio, mío. Lo cual no quiere decir que no lo comparta! son bienvenidos y bienvenidas.  Las puertas están abiertas a comentarios, opiniones, críticas, consejos (aunque sin asegurar que los seguiré), ideas, palabras divagantes...en fin.

Otra cosa...no es una advertencia, pero sólo les digo que suelo ser cambiante (¿Quien no lo es?) Puedo "odiar" la vida o amarla -cómo lo hago justo ahora-. (Por cierto, la palabra odiar está entre comillas porque sé que a fin de cuentas termino amándola). No sé a que se deba este dinamismo mío; tal vez hormonas, tal vez naturaleza humana, tal vez aliens (?)...sea lo que sea, acabo de decidir que no le daré tanta importancia a dichas explicaciones, pues he aprendido que a veces muchas veces éstas sobran.

Saraí