martes, 21 de agosto de 2012

Y ella se fue a enamorar de él...

Del de la mirada clara y las acciones confusas. Del que hizo que casi corrieran a todo el grupo; todo por una travesura intrépida. Como él.
Se enamoró del extraño, del diferente (O tal vez así lo ve ella) Del que sabe escuchar y hablar, pero que ahora ha enmudecido. Del valiente y del temeroso que coexisten en él. Del irreverente pero noble. Del contradictorio y un tanto incongruente.

Y nadie lo notó, o no lo quisieron creer. Ella lo sabía. Parecía increíble que ambos pudieran estar juntos. Verdaderamente estar. Y por un tiempo no le importó, o fingió no importarle, o pudo más el entorno. Pudo, pero quizá no puede ni podrá.

Se fue a enamorar de alguien que al parecer no entiende ni siquiera lo que le sucede, o no lo concibe, tal vez por la genialidad del hecho, que ninguno de los dos alcanza a ver. O lo más raro: lo ven pero no lo toman...seres extraños, como su relación. Confusión, titubeo al caminar o parálisis; como si se estancaran en una de esas bancas y suelos en los que tanto pasó sin necesitar demasiado de nada: ni tiempo, ni magia, ni pasado, ni antigüedad. Sólo pasó.

Pasó.

2 comentarios:

  1. Y esos amores son los mejores.
    Imagino.

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    1. Algo así. Pero luego de un tiempo agradeces, por un lado, enterarte de la verdad y no seguir en el juego, y por otro, das gracias por lo que pasaron, no te arrepientes de ello, porque igual fue bueno y eso nadie se lo quita... amm,supongo que de cierta manera te identificaste con el texto, no? si me equivoco, disculpa mi error :) ...pero sí, esas relaciones son emocionantes ;) Saludos y gracias por comentar!

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